POESÍA
Y RIMA
Poesía, ¿qué es poesía? poesía es más que palabras,
oraciones y rimas. Poesía es hablar con el corazón en la mano, poesía es
expresar los sentimientos al máximo, hacer que la corriente de sentimientos se
apodere de tu corazón, haciendo que poco a poco tu pluma se mueva más rápido y
haga que las palabras no sean palabras, sean sentimientos y hagan sentir a
quien las lee el sentimiento que transmites al papel; el papel que absorbe
todo, que gentilmente se presta como medio para bien o para mal, ése, el que puedes
borrar y borrar pero siempre dejarás una mancha.
DEFINICIÓN DE
POESÍA
La palabra poesía proviene del término latino
poēsis, que a su vez deriva de un concepto griego. Se trata de la manifestación
de la belleza o del sentimiento estético a través de la palabra, ya sea en
verso o en prosa. De todas formas, su uso más usual se refiere a los poemas y
composiciones en verso.
PoesíaAunque es difícil establecer el origen de la
poesía, se han hallado inscripciones jeroglíficas egipcias del año 2.600 A.C.,
que se consideran la primera manifestación poética de la que se tenga registro.
Son canciones, de las que se desconoce la música, que poseen significación
religiosa y que aparecen desarrolladas en distintos géneros, como odas, himnos
y elegías.
En la antigüedad, la poesía tuvo un carácter ritual
y comunitario, en especial en pueblos como los sumerios, los asirio-babilónicos
y los judíos. Además de la religión, fueron surgiendo otras temáticas, como el
tiempo, las labores cotidianas y los juegos.
Existen ciertas normas formales que hacen que un
texto sea considerado como parte de la poesía, como los versos, las estrofas y
el ritmo. Este tipo de características forman parte de la métrica de la poesía,
donde los poetas aplican sus recursos literarios y estilísticos. Cuando un
grupo de autores comparten las mismas características en sus poesías, suele
hablarse de la conformación de un movimiento literario.
Entre las principales características de la poesía,
puede mencionarse el uso de elementos de valor simbólico y de imágenes
literarias como la metáfora, que necesitan de una actitud activa por parte de
quien lee los poemas para poder decodificar el mensaje.
Poesía
La poesía (del griego ποίησις 'creación' ποιέω 'crear') es un género literario
considerado como una manifestación de la belleza o del sentimiento estético por
medio de la palabra, en verso o en prosa. También es encuadrable como una “modalidad
textual” (esto es, como un tipo de texto). Es frecuente, en la actualidad,
utilizar el término “poesía” como sinónimo de “poesía lírica” o de “lírica”,
aunque, desde un punto de vista histórico y cultural, esta es un subgénero o
subtipo de la poesía.
La poesía en lengua castellana se mide según el
número de sílabas de cada verso, a diferencia de la poesía griega y de la
latina, que tienen por unidad de medida el pie, combinación de sílabas cortas y
largas (el yambo, la combinación más simple, es un pie formado por una sílaba
corta y otra larga). En la poesía latina los versos eran frecuentemente de seis
pies.
Por el número de sílabas, hay en la poesía en lengua
castellana versos de hasta 14 sílabas, los alejandrinos. Es muy frecuente el
octosílabo en la poesía popular, sobre todo en la copla. Las coplas de Manrique
se basan en el esquema de versos octosílabos, aunque a veces son de siete,
rematados por un pentasílabo. A esta forma se le llama «copla de pie quebrado».
La irregularidad silábica es frecuente, incluso en la poesía tradicional. Por
ejemplo, en poesías de versos de once sílabas se pueden encontrar algunos de
diez o de nueve.
Las estrofas (grupos de versos) regulares, de dos,
cuatro, cinco y hasta ocho versos o más corresponden a las formas más
tradicionales. El soneto, una de las más difíciles formas clásicas, se compone
de catorce versos, generalmente endecasílabos (once sílabas), divididos en dos
cuartetos y dos tercetos (estrofas de cuatro y de tres versos), con distintas
formas de alternar las rimas.
La alternancia de sílabas tónicas (acentuadas) y
átonas (sin acento) contribuye mucho al ritmo de la poesía. Si los acentos se
dan a espacios regulares (por ejemplo, cada dos, tres o cuatro sílabas), esto
refuerza la musicalidad del poema. Mantenida esta regularidad a lo largo de
todo un poema, se logra un efecto muy semejante al del compás musical.
La poesía del siglo XX ha prescindido en ocasiones
de la métrica regular y, sobre todo, de la rima. Sin embargo, la aliteración,
la acentuación y, a veces, la rima asonante, mantienen la raíz musical del
género poético.
Rima
Para otros usos de este término, véase rima
(desambiguación).
Rima es la repetición de una secuencia de fonemas a
partir de la sílaba tónica al final de dos o más versos.
La rima se establece a partir de la última vocal
acentuada, incluida esta. A veces no todos los versos de un poema riman; por
ejemplo, en los romances sólo riman (en asonante) los versos pares, quedando
los impares sueltos o libres.
La rima consonante o perfecta se da cuando coinciden
todos los fonemas a partir de la vocal tónica; por ejemplo, en «Todo necio /
confunde valor y precio» (Antonio Machado), la rima es consonante en -ecio,
porque desde la última vocal acentuada (é) todos los fonemas coinciden,
incluida esta.
En la rima asonante o imperfecta coinciden las
vocales, pero hay al menos una consonante que no coincide. Así sucede, por
ejemplo, en el pareado «Más vale pájaro en mano / que ciento volando» (rima en
á-o).
Cuando se describe la rima asonante, se indican sólo
las vocales: á–a, é–i, etc.
A efectos de la rima asonante, la 'u' postónica se
considera equivalente a la 'o', y la 'i' equivalente a la 'e': así Venus rima
con cielo y símil con quince.1
En las palabras esdrújulas, sólo se tienen en cuenta
la vocal tónica y la de la sílaba final: por tanto, «súbito» rima con «turco»
en ú-o.2 En los diptongos, sólo se toma en cuenta la vocal fuerte: así,
«estoy», «Dios» y «cañón» riman en asonante en ó.
Es un error habitual considerar asonante la rima de
palabras que terminan en vocal tónica, como «pensó» y «miró»; puesto que el
único fonema pertinente coincide, la rima en estos casos es consonante.
La rima consonante es más difícil que la asonante,
porque ofrece menos libertad y posibilidades de combinación; por eso se suele
utilizar en periodos refinados y cortesanos de la Historia de la literatura; la
asonante, por el contrario, permite más libertad de opción y combinación y por
eso ha sido el mecanismo preferente de la lírica tradicional o popular.
Generalmente, la rima asonante y la consonante no se
combinan en una misma estrofa, aunque algunos poetas románticos, como José de
Espronceda, utilizaron ocasionalmente este tipo de combinación. Así, al
comienzo de la parte cuarta de El estudiante de Salamanca encontramos este
serventesio en el que los versos impares riman en consonante y los pares en asonante:
La rima es una cuestión fonética, por lo que está
sujeta a las variaciones dialectales de la lengua. Por ejemplo, en las zonas en
que se da seseo o ceceo, constituyen rimas consonantes «casa» y «raza»,
mientras que en otras partes del mundo hispanohablante su rima es asonante. Lo
mismo sucede con «calle» y «raye», dependiendo de si el hablante es o no
yeísta. Asimismo, si el hablante pronuncia «Madriz» por «Madrid», entonces
rimará en consonante con «feliz».
La rima es un recurso conocido desde la antigüedad,
aunque no cobró la posición central que hoy tiene hasta la Edad Media. La
retórica clásica la consideraba una clase de homoiotéleuton, 'terminación
similar' de dos o más palabras y podía usarse ocasionalmente en prosa para
reforzar las simetrías de los isocola, como hizo por ejemplo Antonio de Guevara
en el siglo XVI. También los árabes utilizaron una forma de prosa rimada. La
rima aparece también tempranamente en textos mágicos, en los que se otorga un
valor supersticioso a la semejanza de las palabras.
Aunque la rima es un procedimiento habitual en la
literatura europea desde época medieval y aún vigente, en el siglo XVII algunos
poetas, como John Milton, la rechazaron, prefiriendo utilizar el verso blanco,
con medida pero sin rima. A finales del siglo XIX y comienzos del XX, varios
movimientos poéticos renovadores enarbolaron el verso libre, sin rima ni
medida, como estandarte de su estética.
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